Solo dos almas desconocidas.

 A veces pienso, ¿habré tomado las mejores decisiones?

Después de romperme para construir en mi una mujer que hace las cosas bien, porque el accionar de hacer las cosas bien es resultado de ese querer, ya no afecta en mi, las emociones puras de intensidad brillante y dulce. Ver las cosas frías, olvidarse de las emociones y tener cuidado en decir lo que piensas, eso es pensar en el prójimo, eso es tener responsabilidad afectiva. 

Cuando terminé mi relación de construir amor, entendí cuán valiosa soy, es cierto que las pesadillas y el insomnio persiste. El momento cuando en voz alta dije, "Te libero", "no te preocupes, estoy acostumbrada a perder", yo superaré este hecho y seguiré adelante como si no hubiera pasado nada, mientras mi corazón lloraba en silencio con la esperanza de que fueras valiente y me contradijeras, con la esperanza que sea de verdad el escucharte por segunda vez decirme que me elegías una vez más, que no me vas a  dejar ir, y que me quitarías todos aquellos pensamientos de dudas, desconciertos y de desconsuelo de mi mente; que me dijeras que soy muy valiosa, afortunado y bendecido de que me halla cruzado en tu camino. En respuesta a ello, solo dijiste: "Eres libre, te libero".

Antes, durante y después escribo lo que pensé:

"Solo espero y no te arrepientas después por perderme."

"Solo espero y no sea tarde el que por conocerme y pierdas la oportunidad de vivir, disfrutar de ese futuro juntos."

"He cedido ante mi naturaleza para darte lo mejor de mi."
"Caí en cuenta de que los más experimentados tenían la razón: No te enamores y sigue tu camino en soledad, que las decepciones duelen."
"Te he mostrado mis matices, porque confío en ti. Sé cuales son los riesgos y que todas las cartas en mano, ya las tengo perdidas; y no me importa. Porque aunque pierda y te pierda, saldré adelante airosa. 
Soy una guerrera, es mi naturaleza el sacrificar y luchar."

Mientras me pedías perdón por no haber sido lo suficiente para mi, me pedias disculpas por la estupidez que dijiste y agradecías por todo el esfuerzo y empeño que entregué, la paciencia, y la  maravillosa mujer que fui, ya no quise escuchar nada más, mas que escapar y huir, refugiarme en casa y decirme a mi misma, no llores, eres fuerte, el dolor va a pasar rápido, no es la primera vez y me felicito porque me demostré que aprendí bien, el hacer las cosas bien.

Sin embargo, no te culpo y no tengo nada que perdonarte, tu no hiciste nada malo y ruego que mis deseos y anhelos para ti, se cumplan en pro a mi sacrificio. Yo empecé esto y yo decidí ponerle fin.

Hoy en día somos dos adultos con un actuar de desconocidos.